26 sept 2012

ontología


después de la física
apareció este ente en mí
es sonante y retumba y remueve
cambia y acentúa
con chispas y mieles
Pero
al ente le faltan centímetros
-de altura-
y en la llanura de mi mente
se-enmeseta-me-todo
(los centímetros
-----------la miel
los acentos-----)

es violento el panorama
pero el ente es referente
del ideal de Capez
y me tira las esencias materiales
y me tira las materias esenciales
y me tira madurez hasta en las cejas


la física anduvo y andó y re andó
-no faltan centímetros-
        y soy yo
rezando a los átomos:

que el ente entienda los metros que tiene acá adentro
que el ente entienda que me entumece el tiempo,
el alma, los pies.

21 may 2012

como junto a un cadáver un coro de gusanos


Saltamos la reja. Me tropecé un poco al caer, pero traté de recomponerme rápido: vivía pensando en esa época que, por ser nena, mi hermano y mi primo me iban a basurear siempre, por cualquier cosa. Ahora, desde mis veinte años, creo que ni se fijaban tanto en mí como para burlarse. Yo era simplemente la hermana/la prima que los perseguía. No aportaba nada, pero tampoco molestaba tanto, así que me dejaban.

Ahí estábamos, mirando cómo del otro lado de la reja las cosas no eran, justamente, más verdes: el pasto crecido me llegaba a las rodillas, había demasiados mosquitos y olor a podrido. Estas dos últimas cosas tenían el mismo origen: una rueda de auto llena de agua estancada que estaba tirada en el medio del baldío. Mi primo, Iván, agarró una piedra del piso. La piedra tenía mica y era un símbolo de poder: en seguida me puse a buscar otra, con la infantil lógica que no considera a las casualidades como variables. Mientras, Gabi e Iván buscaban bichos. Yo me alejé hasta que ví, a unos metros del lugar donde yo estaba, un claro entre los pastos. Bah, "un claro": se notaba un agujero, como si no hubiese crecido nada en ese lugar. Imaginando una madriguera de conejos, un cofre con oro o un cráneo de dinosaurio, corrí hacia allí.
Al principio no entendí lo que veía: una mancha negra, con cosas brillantes que se movían encima. Olía muy mal.
Ahí me dí cuenta de que era un gato muerto, muy descompuesto ya, y lleno de gusanos gigantes que bailaban sobre él. El asco, la impresión y el miedo me dejaron clavada allí un rato largo, sin poder dejar de mirar a los gusanos engullir los restos del gato.

16 ene 2012

Y lo titularía "En la friend zone" pero es poco serio para un poema, vio.

en la zona en que
los bordes se rozan
ozonan los pechos
engrosan las cejas
sollozan los dedos
y las tejas se rosan
y los detalles
(ojos, hoyuelos,
talles, humores,
duelos, trenes,
esperas,
-sánguches-
pelos, guiones)
enceguecen
tiran
fascinan
y una no sabe
si es borrachera
si es agonía
si es primavera
si es empatía
si es por petera
si es por antojo
si es miopía
o
una
basurita
en el ojo

pura niebla –la zona-
se puebla de conjeturas
hinchadas de comillas
que se hacen astillas
que rasgan y rompen, burlonas
que rasguñan y punzan
y zumban y chistan
y pinchan la zona

la zona grita y se revuelve y sangra
vomita vencidos los vientres que
desenvuelven entre aullidos
dos sentidos en bisagra

al oeste
localidad Villa Fiasco
quince mil ciento
cuarenta y tres
habitantes
(municipalidad
capilla
absenta
muelle
cementerio indio
adulterio
y ladillas)

al este
Zona Oriental
toda alfombrada
de ojos coral
mejillas encarnadas
sillas montadas
y la sonrisa que enjabona